Rol de los acompañantes

Es un guía del aprendizaje, un lazo de unión entre el niño y el ambiente. En Vidaitierra es el niño el que descubre y aprende, la participación del niño es activa y la del acompañante de observar atento y respetuoso.

Debemos cuidar el ambiente. Siempre limpio y ordenado. Disponer los materiales  ordenados al alcance de los niños, evitando la confusión y facilitando la concentración, el interés y creando el sentido del orden en el niño. El acompañante debe crear un ambiente casi ?espiritual?, cada objeto tiene un valor ?mágico?. Transmitir al niño un fuerte deseo de aprender con respeto. Respetar a los niños-as y a sus necesidades. El acompañante es el alma del ambiente. Sus palabras deben ser precisas, obviando las innecesarias y  su entonación correcta.
 
Enseñar con dulzura el uso de cada objeto del material de forma simple, breve y directa. Los premios no son necesarios, el mero hecho de haber aprendido algo, es en sí mismo un premio muy valioso. El niño desarrollará el gusto por el aprendizaje en sí mismo y no porque le espere un premio.
Estar muy atenta/o a la relación entre ambiente y el niño/a. Colocando el material a la altura y libre disposición de los niños-as. Dejando libertad al niño en su elección del material, y observando, decidirá si es necesario intervenir o no para guiarle. Interferir siempre y señalarle sus errores significa contribuir a crear una inseguridad en el niño.
 
Observar al niño y estar atenta/o a sus periodos sensitivos. La observación de los niños es un instrumento maravilloso y valioso que permite entrar en sintonía con ellos, y entenderlos para poder responder a las manifestaciones de sus necesidades.
 
Está concentrado en lo que hace. Es importante que el acompañante acabe la demostración del material que presenta al niño-a sin interrupción. Esto se refiere a todo el proceso, desde que lo coge de la estantería hasta que lo devuelve a su sitio.
 
Nunca levantará la voz más de lo necesario. Si un niño molesta a los demás, el acompañante se levantará y se acercará hasta él. No entra dentro de nuestra pedagogía levantar la voz, gritar a todos molestaría y desconcentraría a los demás niños-as.
 
Respeta la labor de los niños-as. Si un niño-a utiliza el material de otra forma que la demostrada, no intervendrá, pero dejará al niño experimentar con el material y observamos todos sus descubrimientos (Es una demostración de su madurez). Más adelante podremos mostrarle otro material más adaptado a las necesidades del niño. Intervendrá únicamente cuando se daña el material, puesto que puede dañarse a sí mismo o a un compañero e incluso molestar a los demás y por respeto al propio material.
 
Respetar el reposo del niño. Si un niño se para en su actividad o no escoge ningún material, debemos observar sin intervenir para entender el motivo del descanso. Un niño que observa el trabajo de sus compañeros es un niño que aprende.
 
Respetar el trabajo de los niños sin señalarles sus errores. Si corregimos sus errores interrumpimos súbitamente el trabajo del los niños .Si se equivoca a través de la repetición y del control de errores se podrá corregir sin dañar su  autoestima. Si cortamos para  decirle lo que ha hecho mal, perderá su entusiasmo principal en querer.
El juego la actividad más importante en la infancia, a través del cual se conocen, se preparan para la vida y ve favorecido su desarrollo psicomotor, afectivo y social..El juego por tanto es fundamental, si desviamos esta tarea para atender a exigencias intelectuales prematuras estamos robando a la infancia la salud y la vitalidad y estaremos impidiendo lo que parece que con ello buscamos, el aprendizaje.

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