Ventanas desde donde mirar el mundo. SUMMER

Hemos llegado al ecuador de este mes de escuela de verano en VidaiTierra, y aprovechamos para compartiros parte de lo compartido hasta ahora. 

Estamos disfrutando del verano en VidaiTierra. Con grupos cada vez más cohesionados y armonizados. Con ritmos cada vez más integrados y naturales. Con pautas bien definidas que cuidan del bienestar de tod@s y todo y con relaciones cada vez más profundas y significativas.

Tras los días iniciales, en que hemos ido estableciendo nuevos vínculos y fortaleciendo los antiguos, conociéndonos, y sintiendo cada grupo y ser que lo compone, con sus necesidades, anhelos y voluntades, comenzamos a sentir el ritmo dinámico y la cohesión de los distintos grupos y de la comunidad en general. La armonía y el orden han ido en crescendo en estas dos semanas, vamos profundizando en las relaciones y viviendo aprendizajes más ricos y significativos. Haciendo lo que nos apasiona, proponiendo, eligiendo y co-creando las actividades a realizar y la forma de llevarlas a cabo.

Así, los más mayores han vivido un proceso creativo para dar a luz a SUPERVIDAITIERRA, y lo escribimos en mayúsculas porque este super ha sido un super éxito. Este proyecto es un ejemplo de aprendizaje transversal en el que se han aplicado principios de comercio y economía, ecología, lógica y matemáticas, escritura, psicomotricidad fina y gruesa, cooperación grupal, etc. En esta actividad, que nació de ellxs mismxs, el grupo ha tenido la oportunidad de elaborar sus productos (granizado, jabón, bizcocho, pulseras y camisetas (que acabaron siendo el uniforme de la tienda)) y las monedas que usarían, así como de asignar las diferentes funciones a realizar en el proyecto (vendedorxs, relaciones públicas, artesanxs...) y sus responsabilidades asociadas. Para ello han colaborado organizando, planificando, creando materiales, solucionando trabas y el fruto de todo ello, acometido con pasión y entrega, ha resultado en una experiencia de éxito, crecimiento y autosatisfaccion, no sólo para el grupo que lo ha realizado, sino para el resto de niñxs, que asistían con sus monedas e ilusión a comprar libremente los productos que preferían y que disfrutaban de ellos posteriormente.

Por otra parte, puesto que a la mayoría les pareció genial la idea de participar en la charanga, cantando, bailando y disfrazadonos, nos hemos puesto manos a la obra preparando coreografías, cantando canciones, eligiendo disfraces, y reflexionando sobre nuestra temática de este año: "los plásticos en el mar" y proponendo soluciones prácticas a nivel local, para el propio Vidaitierra (¡¡no más plasticos deshechables, queremos envases reutilizables!!).

Algunxs niñxs han mostrado especial interés por el cuidado del huerto y los animales, planificando tareas con entusiasmo, colaborando, tomando decisiones y asumiendo responsabilidades individuales y colectivas. Hemos podido apreciar en ellxs actitudes y hábitos de cuidado y responsabilidad medioambiental que nos han recordado que hay personas que ya en sus primeros años de vida tienen un gran compromiso natural y auténtico con el bienestar del planeta y quienes lo habitamos.

Por supuesto, siendo verano en agua no podía faltar. Todos los días disfrutamos de la piscina y sus aprendizajes (motricidad, atención, equilibrio, lateralidades, percepción espacial...). Hemos jugado con la flotación y su física, y con las fuerzas físicas que experimentamos al subir al rocodromo, al saltar en la colchoneta, al correr, al subir a los árboles y colinas, o al columpiarnos.

Algunos usan la piscina para aprender seguridad, y emocionan a sus acompañantes mostrando la evolución de su confianza en el medio acuático, que ha pasado de la tensión y el miedo, a la relajación y el disfrute.

Hemos aprendido ritmo y coordinación individual y grupal, jugando juntxs a los vasos musicales, apreciando los cambios tonales de una flauta de émbolo o repitendo y creando melodías sencillas con el órgano y los colores asociados a sus diferentes notas. Hemos explorado los sonidos de nuestro cuerpo y hemos dado voz a nuestro corazón a través del estetoscopio y el canto de algunas canciones indígenas.

También hemos hecho propuestas con hielo: salvando animales y viendo el contraste de temperaturas... destacamos el comentario de un peque diciendo "ya sé... ¡vamos a ponerlo al sol!" cuando después de varias pipetas no conseguían salvarlo.

Y por supuesto ha habido tiempo para los juegos de mesa y los tradicionales, para los chistes, los dibujos y la libre expresión, el cine, las aventuras y el relax sobre la toalla.

Hemos tenido maravillosas oportunidades para aprender empatía y respeto, gestión emocional y resolución de conflictos, comunicación armónica, y ecología relacional (¿a que dan ganas de venir a pasar la mañana? ; ) Y hemos aprendido a ser más grandes que nuestros miedos, penas o rabias, a escucharlas y atenderlas sin dejar que nos gobiernen. Hemos visto procesos de éxito y crecimiento interior. En definitiva, disfrutamos aprendiendo y aprendemos a disfrutar. Pero sobretodo crecemos juntos, nos expandimos y brillamos siendo exactamente lo que somos, puro amor concreto, expandiéndose de formas infinitas, en pequeños gestos, en miradas, en vientres relajados, en caricias espontáneas, en ojos empapados de brillo y en abrazos imposibles de narrar.

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