Ventanas desde donde mirar el mundo

La estación estival ha llegado a Vidaitierra, y le hemos dado la bienvenida, con cuentos y rimas, con juegos y alegría. Hemos aprovechado para honrar la presencia de su brillante protagonista, y para reconocer sus cualidades e inspirarnos en ellas, pues el sol da y da con absoluta entrega, y nos enseña el uso armónico de la fuerza, pues siendo tan poderoso como es, elige destinar todo su poder a generar vida a su alrededor. Es también un ser profundamente estable e íntegro, pues siempre permanece emitiendo su energía, y aun cuando las nubes no nos dejan verlo está ahí, apoyándonos y nutriéndonos. Padre ejemplar enseñando siempre a su sistema el amor incondicional.

En Vidaitierra ya a muchxs la ropa les sobra (todavía más) y comienzan a pedir juegos de agua para gozar del sol en lugar de sufrirlo. Experimentamos sintiendo las texturas del entorno con las diferentes partes de nuestro cuerpo, buscamos el placer y el disfrute de las sensaciones agradables. Del tacto de la tierra al agua, pasando por la madera de los árboles o el césped calentito bajo nuestros pies y manos. Todo es una invitación al descubrimiento de los presentes que el presente nos presenta.   

Durante estos días el reino animal ha tomado un papel protagónico en Vidaitierra. Por un lado, hace dos semanas comenzamos liberando la patita enredada en hilo de una pequeña ave del corral. Por otro lado lxs más pequeñxs propusieron en uno de sus mágicos círculos y tras escuchar un cuento sobre una granja la creación de una, lo que dio pie a diferentes juegos de construcción. También hemos continuado con la observación de diferentes insectos a través de cartas, y su búsqueda e identificación en los jardines de la escuela y hemos continuado con el cuidado de los gusanos de seda, que en algunos casos ya han salido de sus crisálidas tras su periodo de transformación. Esto nos ha inspirado una sesión de biodanza en la que viajamos al bosque y nos convertimos en los animales que lo habitan, incluidos por supuesto, los gusanos de seda, a través de los cuales pudimos vivir la experiencia de transformarnos y volar con nuestras nuevas alas.  

Esto no ha sido todo, pues tuvimos la visita de Noa, una perrita preciosa que siendo ya casi una anciana nos enseñó sobre la destreza, la perseverancia y la paciencia. Nos enseñó a ser considerados con los procesos ajenos, y a tratar con amor a cualquier ser, con independencia de si cumple o no con nuestras expectativas. Por otra parte, continuamos inspirándonos de la nobleza, elegancia y poderío de los caballos en nuestra excursión a la hípica "El Desierto" en la que pudimos relacionarnos con estos maravillosos seres más de cerca, montar a sus lomos y dejarnos llevar por su fuerza además de aprender y practicar sus cuidados básicos.   

Entre las actividades propuestas durante estas semanas ha habido lógico-matemática, pintura de mandalas con ceras y pinturas flúor con lámpara de rayos uva, lecto-escritura a través de sellos, pinzas, piedras, arena, vasos plásticos y grafomotricidad mediante el uso de los imanes.  Hemos continuado realizando trasvases sólidos, en esta ocasión con legumbres. Seguimos aprendiendo física y desarrollando nuestra percepción espacial mediante juegos de construcción con aristas de madera, bloques, figuras geométricas, puzles lógicos o construcción de estructuras 3D con imanes y espejos. Pero también trepando a los árboles, jugando con la pelota, transportando bandejas y cayendo al suelo.   

Hemos estado observando el mundo microscópico a través de una lupa de 10 aumentos que nos mantiene visualmente atentxs y sorprendidxs y nos ayuda a comprender la riqueza y complejidad de la naturaleza que nos rodea y escapa a nuestros ojos.  

El juego espontáneo ha hecho aparición en la experiencia de la música, llevándonos a improvisar al unísono con melodías y ritmos básicos. Escogiendo libremente cada cual el instrumento de su preferencia y abrazando el resto de sonidos para crear armonía en unidad. Pero no todo es improvisado, hemos aprendido a repetir melodías básicas de piano a través de la repetición de códigos de color, hemos jugado a leer partituras básicas para la flauta de émbolo (que está desaparecida en combate, si alguien la recibe en casa que la traiga de vuelta!) y continuamos trabajando el ritmo, las lateralidades, la entonación, y la estructura corporal a través de la danza percutida.   

En el ámbito de vida práctica continuamos cuidando de nuestras necesidades y de las de nuestro entorno. Vamos aprendiendo a escuchar nuestro cuerpo para autorregularnos y a poner conciencia en él cuando realizamos las actividades para vivirlas totalmente, con enfoque, precisión y calidad. Alimentamos los animales y recogemos los frutos de nuestro huerto, regamos las plantas e identificamos su déficit o exceso de agua a través de la observación de su tierra, hojas y flores.   

También aprendemos responsabilidad cuando comprendemos que nuestros actos tienen consecuencias que debemos atender (como arreglar un material que he usado inadecuadamente, mirar a los ojos a alguien a quien he agredido, ordenar un espacio que he desordenado o recoger mis deshechos personales si los he depositado en un lugar inadecuado ). Enseñamos y aprendemos libertad cada vez que nos responsabilizamos de nuestros actos. Aprendo a cuidar de mí y de mi entorno, y dejo de necesitar que alguien lo haga por mí. Me libero de la dependencia y crezco en autonomía y posibilidades.   

Nos encanta ver a lxs pequeñxs crecer cada vez más responsables y autosuficientes, pues sabemos que son cualidades necesarias para una vida libre, auténtica y con sentido.

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